Mágico encuentro entre los jóvenes de la New World Symphony y los de la Orquesta Sinfónica del CMPR
La música siempre es una oportunidad para que lo extraordinario ocurra, para que lo mágico e irrepetible se haga sustancia, tal y como unos cuantos afortunados lo vivimos la mañana del lunes pasado en el Teatro de la Universidad de Puerto Rico, donde se reunieron alrededor de 130 jóvenes, integrantes de los elencos de la New World Symphony (NWS) y de la Orquesta Sinfónica del Conservatorio de Música de Puerto Rico (OSCMPR) para tocar juntos en un ensayo bajo la batuta del maestro español Pablo Heras-Casado.
Apenas unas horas antes -el domingo por la noche- la New World Symphony y el maestro Heras-Casado habían tocado como parte del Festival Casals, en un estupendo programa que incluyó al célebre pianista Emanuel Ax. “Le pedimos a la administración de la New World Symphony, como parte de nuestra invitación al Festival, que su orquesta tuviese un encuentro con la Orquesta Sinfónica del Conservatorio de Música de Puerto Rico para un ensayo con el maestro Heras-Casado, a lo que generosamente accedió”, dice el maestro Maximiano Valdés, director artístico del Festival Casals y gestor de esta reunión que tuvo como lugar musical de comunión la quinta de las sinfonías de P.I. Tchaikovsky.
“El sonido de ese grupo orquestal fue sencillamente impresionante”, agrega el maestro Valdés. “Escuchar a esos 130 muchachos tocar de esa manera fue una emoción única. Para los chicos, en especial los nuestros, también fue algo muy hermoso. No era una obra fácil, con un director que no conocían, con unas ideas claramente diferentes a lo que ellos habían preparado con el maestro Roselín Pabón, su director y a quien le estoy muy agradecido por haber preparado a sus muchachos para este compromiso en solo unos días. Para los jóvenes de la New World Symphony y para los del Conservatorio fue una gran experiencia por la oportunidad -también- de conocerse y compartir el atril, no solo para tocar, sino también para escucharse mutuamente y juntarse alrededor de la música”.
El maestro Valdés agrega que la idea central detrás de este ensayo era la de abrir una ventana a los jóvenes nuestros, estudiantes en el CMPR y miembros de la Sinfónica de esa institución, que al culminar sus estudios necesitan opciones para su futuro profesional y que no la tienen en la Sinfónica de Puerto Rico por la falta de vacantes recurrentes en esta orquesta. “La plantilla de la Sinfónica suele estar completa y el futuro para los jóvenes que se gradúan es incierto, por lo que esperamos que este grupo pueda conformar una realidad más permanente en un futuro no muy lejano”, reflexiona. “Esperamos que con proyectos como este la preparación académica en el Conservatorio les permita a los egresados albergar confianza de buenos resultados en el campo profesional”.
Por su parte, el maestro Roselín Pabón, director de la OSCMPR, asevera que para él fue muy especial este proyecto porque “para nuestros jóvenes, por estar en una isla, este tipo de roce con otros jóvenes con sus mismos intereses no es algo común”. “Estos muchachos están viviendo momentos en los que tienen que aprovechar al máximo su tiempo para alcanzar sus metas y qué mejor que un junte como este con un grupo de muchachos que son excelentes músicos, casi todos ya graduados, con bachillerato o maestría”, dice el maestro Pabón. “Para nuestros muchachos, esto los expone a algo distinto a lo que viven conmigo o con sus profesores en el salón de clases”.
El maestro Pabón apunta que los jóvenes de la OSCMPR “esperaban con mucha ilusión este encuentro y se esmeraron al máximo para preparar la obra”. “Trabajaron con mucho entusiasmo y empeño. El maestro Valdés -a quien le agradezco profundamente su gestión para que esto se diera- y yo escuchamos con mucha emoción y nos dimos cuenta con gran satisfacción lo rápido que nuestros jóvenes cayeron en tiempo con la batuta del maestro Heras-Casado”, explica. “Se integraron muy bien y los comentarios de este director fueron muy elogiosos para nuestros muchachos. Esto pone de manifiesto la importancia de que nuestros jóvenes tengan experiencias como esta de una forma más frecuente y regular”.
Sí, la música siempre es…