La célebre Susan Graham, del Casals al altar
Luego de casi tres décadas de una carrera siempre ascendente que la ha colocado como una de las mezzo sopranos más famosas y cotizadas del mundo, a Susan Graham le han hecho ya prácticamente todas las preguntas posibles. Y las ha respondido todas, siempre con las mismas respuestas, con la verdad de una historia que conoce al detalle.
¿Aburrida de tantas entrevistas?
“¡No, jamás!”, asevera y suelta una carcajada para agregar con un guiño que “efectivamente, siempre respondo lo mismo y quizá ya sea tiempo de inventarme una nueva historia”. Y de hecho, la habrá: Susan se casará el 17 de septiembre próximo. Por primera vez en su vida. Con Clay Brakeley, un amigo al que conoce desde hace muchos años y con quien comparte su vida desde el 2010. Y está feliz.
Así comenzó la conversación con la cantante que mañana viernes ofrecerá un hermoso recital en la penúltima noche del Festival Casals, con un programa que comenzará a las 8 p.m. en la Sala Sinfónica Pablo Casals, acompañada al piano por el maestro Bradley Moore.
“¿Por qué canto?… porque creo que es la mejor manera que conozco de tocar a otros seres humanos y esa conexión es algo vital para mí”, nos dijo el pasado lunes en el paréntesis de unos días de descanso disfrutados en el área este de la Isla. “Mi don llegó con una obligación: la de desarrollarlo y compartirlo al más alto nivel posible, y creo que así lo he hecho hasta el límite de mis posibilidades”.
Oriunda de la ciudad de Roswell, en Nuevo México -y con una trayectoria marcada por éxitos absolutos en las mejores salas del mundo y por un premio Grammy en el 2012 por su grabación “Virgins, Vixens & Viragos”- Susan señala que, al repasar su vida, no puede pensar otra cosa sino en que ha sido “la más grande de las bendiciones y también la fortuna más inmensa”. “La vida que me a dado la música ha sido algo que jamás hubiese podido imaginar, algo que ni remotamente sabía que existía”, comenta. “¡Dios!… ha sido maravilloso conocer todos los lugares fabulosos a donde la música me ha llevado y también encontrarme con tantas personas tan queridas”.
Como la menor de tres hermanos, Susan comenta haber tenido una infancia “crucial” para la mujer en la que habría de convertirse, en el seno de una típica familia de clase media en el sur de Estados Unidos, con un padre trabajador y una madre ama de casa. “Siempre admiré mucho a mi hermana, nueve años mayor que yo”, recuerda. “Ya a la edad de cinco años yo cantaba en un coro y mi madre fue muy persuasiva para que ambas estudiáramos piano. Crecí pensado que a los 21 me iba a casar y a los 30 ya debía de haber tenido dos o tres hijos y… y… pero nada de eso sucedió. Ya estoy en mis 50’s y por fin me caso y estoy muy feliz porque eso vaya a ocurrir finalmente, algo que hasta ahora no había sido posible precisamente por la manera tan intensa, tan completa como me he entregado a la música y a mi carrera durante casi 30 años”.
Respecto al repertorio que interpretará mañana viernes en el Festival Casals, Susan explica que es “un programa muy hermoso”. “Se trata de ‘Frauenliebe und leben’, ‘Amor y vida de mujer’ que, de principio a fin, navega en la historia de una chica que se enamora de un hombre y las diversas etapas de esa relación”, ilustra. “Robert Schumann escribió este ciclo de ocho canciones y con cada una de ellas interpretaré también dos o tres más sobre el mismo tema, pero de otros autores, como Fauré, Berlioz, Grieg, Mahler, Turina, Debussy, Poulenc, Granados y Strauss, entre otros. Parece un programa extenso, pero en realidad no lo es. Es hermoso realmente y se va un suspiro”.
Susan añade que cada vez que sale a un escenario “veo siempre una oportunidad para hacer feliz a la gente”. “Y esa es mi meta”, asevera. “Conmover a las personas y demostrarles a través de la música que la vida es -pese a todo- muy hermosa, aunque sea por unos minutos. Para eso he vivido desde hace ya casi tres décadas”.
La artista -para quien los recitales son mucho más intimidantes que las óperas, “porque siempre es como estar desnuda frente al público y caminar sobre una cuerda floja”- finaliza la conversación con la ilusión del inminente nuevo capítulo que pronto iniciará en su vida y con la certeza de que está lista para lo que llegue. “Estoy rodeada por una familia hermosa, con un futuro esposo maravilloso y sus mellizos de nueve años que adoro, y seguramente tendré una agenda profesional menos cargada, emocionada con todas las sorpresas que puedan llegar, como la vida que hasta ahora he tenido, una vida que no planifiqué de esta manera y que de tantas bendiciones y fortuna ha sido. Así voy, un día a la vez”, concluye.
(Esta entrevista fue publicada en la edición impresa de El Nuevo Día del 10 de marzo de 2016)
