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De fantasía y virtuosismo hoy con la Sinfónica


El estreno en Puerto Rico de un hermoso concierto para violín con el maestro Francisco Cabán Vales como solista y la oportunidad de escuchar una de las obras más maravillosas del repertorio sinfónico son razones incuestionables para asistir hoy sábado -a partir de las 7 p.m.- a la Sala Sinfónica Pablo Casals para disfrutar del antepenúltimo programa de la temporada de abonos 2015-2016 de la Orquesta Sinfónica de Puerto Rico.

El repertorio -dirigido por el maestro Maximiano Valdés- comenzará con El Canto de la Primavera, Op. 16, de Jean Sibelius y continuará con la premier en nuestro país del Concierto para violín y orquesta # 2 Op. 61, de Karol Szymanowski, con el maestro Cabán como solista. Luego del intermedio se escuchará la inmensa Sinfonía Fantástica, Op. 14, de Hector Berlioz. Originalmente estaba programado el estreno de una obra del maestro Rafael Aponte-Ledée, pero por razones de tiempo esta primicia fue pospuesta para el último programa de la temporada, el próximo 4 de junio.

Como parte del programa -informó el maestro Valdés- se le hará un sencillo reconocimiento al maestro Roselín Pabón en la coyuntura de su septuagésimo cumpleaños. El maestro Pabón fue director asociado de la OSPR a lo largo de tres décadas y actualmente tiene el cargo de Director Emérito.

Miembro de la Orquesta Sinfónica de Puerto Rico desde 1992 -donde actualmente ocupa la silla del asistente del concertino- el maestro Cabán regresa como solista en un estreno, de la misma manera como lo hizo hace tres años, cuando interpretó por primera vez en el país el primero de los conciertos para violín de Shostakovich.

"Tener al maestro Cabán como solista es un claro ejemplo de lo que debe ser una orquesta contemporánea integrada por músicos virtuosos que se preocupan por la excelencia y por perfeccionarse, hasta el punto de poder ser solistas con la misma orquesta en la que regularmente tocan”

Maestro Maximiano Valdés

 

“Me siento feliz por la oportunidad de estrenar esta obra, siempre ilusionado con el privilegio de seguir esa tradición que aprendí de los miembros de la Familia Figueroa, que también tuvieron el honor de estrenar en Puerto Rico varios conciertos para violín, desde los más conocidos hasta otros menos populares”, dice el maestro Cabán. “Los Figueroa siempre han sido una fuente de inspiración y un ejemplo enormes para mí. Pepito fue mi maestro y de él aprendí a vivir esa conexión con los grandes maestros del violín que vienen del Conservatorio de París”.

Profesor en el Conservatorio de Música de Puerto Rico y ejecutante frecuente como recitalista y como miembro de grupos de cámara, el maestro Cabán comenta que en todas esas facetas encuentra satisfacciones enormes por tener la música como centro de gravedad y ser interdisciplinarias. “Todas son rostros distintos de lo mismo, cada una con su encanto y con los motivos necesarios para vivirlas apasionada e intensamente”, apunta. “Claro que a veces hay agotamiento, sobre todo físico, por la agenda tan cargada… pero lo importante es la música. Cuando uno se sienta a preparar una obra y se entiende la mecánica y el significado, la música misma se encarga de tomarte de la mano y llevarte. En la orquesta tenemos una temporada intensa pero muy variada, siempre con obras hermosas, desafiantes, con frecuencia nuevas… es un privilegio ser miembro de una orquesta así y, cuando tengo la oportunidad de tocar como solista, es muy hermoso sentir el respaldo de tantos amigos con los que toco casi todos los días de la semana”.

Respecto al Opus 61 de Karol Szymanowski, el maestro Cabán dice que supo de esta obra hace 16 años, mientras estudiaba en Austin, Texas. “Tenía dos amigos, un francés y un búlgaro”, recuerda. ‘El primero me consiguió una grabación con Henryk Szeryng y el segundo me prestó la partitura y desde entonces me fascinó. Lo estrenó Pavel Koschansky, a quien el compositor se lo dedicó. Koschansky vivía en Nueva York, enfermó de cáncer y regresó a Polonia despedirse. Cuando Szymanowski se enteró, se encerró y en tres semanas le tuvo listo el concierto, en cuyo estreno Koschansky se presentó como solista por última vez”.

“El programa es maravilloso..."

Para el maestro Valdés, "tener al maestro Cabán como solista es un claro ejemplo de lo que debe ser una orquesta contemporánea integrada por músicos virtuosos que se preocupan por la excelencia y por perfeccionarse, hasta el punto de poder ser solistas con la misma orquesta en la que regularmente tocan”. “Ya el maestro Cabán se presentó antes como solista con nosotros de manera muy brillante y es muy grato volver a tenerlo como un testimonio de la calidad de los músicos de nuestra orquesta, tanto para sus colegas como para el público”, asevera.

“El programa es maravilloso -añade el maestro Valdés- con el arranque de la obra de Sibelius, una pieza corta y bastante hermosa y luego el concierto de Szymanowski, una obra muy contrastante con el primero de sus conciertos para violín, que dirigí recientemente en Varsovia con Anne-Akiko Mayers. Luego tendremos la ‘Sinfonía Fantástica’ de Berlioz, una obra muy querida por el público, orquestas y directores. Cuando uno vuelve a estudiar esta sinfonía no puede menos que maravillarse. La he hecho varias veces y siempre descubro algo nuevo en ella, algo que sorprende. Es una obra que rompe moldes hacia el futuro, no porque busque nuevas combinaciones de acordes y armonías, sino por su gestualidad que busca un efectismo asombroso. Es una obra monumental que demanda un gran virtuosismo de la orquesta, ideal para mostrar la calidad de nuestra Sinfónica. Será un gran programa, esperamos que la sala esté llena”.

(Este artículo fue publicado en la edición impresa de El Nuevo Día del 7 de mayo de 2016)


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