A tres voces con Alicia Alonso
“Es muy difícil explicar lo que siento de estar en Puerto Rico, porque yo no sé explicar la emoción, solamente bailarla”, dijo ayer la doctora Alicia Alonso -fundadora y directora del Ballet Nacional de Cuba- en la antesala de las dos funciones que ofrecerá esta compañía del clásico Giselle, -con coreografía de ella misma-, programadas para mañana sábado a las 8:30 p.m. y el domingo a las 4 p.m. en la Sala de Festivales del Centro de Bellas Artes Luis A. Ferré, en una producción de En Otro Tono Global Group y Taller Uno.
“Desde hace muchos años deseaba regresar y ahora vengo y me congelo del frío que hace”, agregó la artista de 94 años, frotándose las manos y con una sonrisa, en alusión a la baja temperatura de la Sala de Festivales, donde se llevó a cabo la rueda de prensa. “Aunque no lo crean, yo sigo bailando, aunque sea en mi imaginación. Siempre me siento bien cuando me dicen ‘Puerto Rico’. Hemos tenido muchos amigos de Puerto Rico en el Ballet Nacional de Cuba… muchísimos y han hecho muy buen trabajo. Tan hermanos que somos y tan lejos que vivimos… ¡que viva Puerto Rico!”.
“¡Esa es una pregunta mala!”, dijo enfática cuando quisimos saber cuál era a su juicio la mejor versión del Ballet Nacional de Cuba a lo largo de su historia, según las compañías de ballet viven procesos generacionales, con bailarines que se desarrollan y se van, en una transformación cíclica. “Es mala porque cada vez que hemos tenido de Puerto Rico a bailarines… como José Parés…”, y su respuesta quedó en el aire.
Intervino entonces su esposo -Pedro Simón Martínez, quien le repite al oído las preguntas- para señalar que “recientemente había contabilizado diez” de esos bailarines boricuas vinculados al BNC. “José Parés, Ana García, Silvia Marichal, María y Carlota Carreras, Otto Bravo, Vanessa Ortiz, Rosa Meneses, Betina Ojeda…”, enumeró. “José Parés llenó toda una época del Ballet de Cuba y lo consideramos en gran parte nuestro… todavía tenemos coreografías de él en nuestro repertorio”.
“Yo pienso que el arte nos pertenece a todos”, agregó Alonso, retomando la palabra. “El arte no es de un grupo ni de otro, cuando hay buen arte es de toda la comunidad. Se baila, no para un grupito, sino para el mundo entero. Por eso a nosotros, los bailarines de ballet, nos ha gustado siempre hacer giras… y cuando llegamos a algún lugar y nos hacen una buena crítica y nos aplauden, lo único que deseamos es decir ‘gracias, gracias’… y eso es lo que decimos ahora, ‘gracias, gracias Puerto Rico, muchas gracias’…”.
Preguntamos entonces a la doctora Alonso respecto a las medidas que estaba tomando el BNC para mejorar las condiciones de trabajo de su elenco, en el contexto de la reciente deserción -hace apenas un mes y de la que poco o nada se ha hablado aquí- de Amaya Rodríguez -la bailarina principal de esta compañía- y de Mayrel Martínez y Masiel Alonso -integrantes también del elenco-, durante una gira por Canadá, noticia a la que medios internacionales como El País, de España, han dado un amplio despliegue. De hecho, estas tres artistas debutarán en Estados Unidos el sábado 18 de junio como parte del Ballet Clásico Cubano de Miami, bailando precisamente Giselle.
Nuevamente el esposo de la legendaria bailarina intervino para responder que “con Cuba y la Prensa siempre hay algunos malos entendidos”. “En todas partes la gente emigra, pero para cierta prensa ‘sensacionalista’, el que emigra de Cuba, no ‘emigra’, sino que ‘deserta’”, matizó. “En todas las grandes compañías del mundo hay un movimiento de bailarines, que van y vienen, pero nadie habla de eso, solo cuando se van del Ballet Nacional de Cuba. Nos honra mucho que, cada vez que alguien se va del Ballet Nacional de Cuba, se produce una conmoción, porque parecería que nadie debería querer irse nunca de nuestra compañía”.
“En primer lugar, el Ballet Nacional de Cuba le da al bailarín una historia y una tradición que no tienen precio, que no se inventan”, añadió Pedro Simón. “Hay también una mística, un gran repertorio. Competimos en honestidad, en valores artísticos, pero no podemos competir económicamente. Hay quienes no cambian lo que tienen con nosotros por ningún bien material y hay también quienes se van por consideraciones materiales y adornan su deserción con razones filosóficas, cuando lo único que hay detrás es un ansia de mejorar económicamente”.
Por su parte, la bailarina Viengsay Valdés puso de relieve que para ella y sus compañeros en el BNC “es un honor pertenecer a la compañía” y que Alicia Alonso es su “inspiración más grande”.
(Este artículo fue publicado en El Nuevo Día del 10 de junio de 2016)